Con la seguridad que da el echo de no tener ya nada que perder, su paciencia había llegado al limite.Tomo sus cosas y se fue, no sin antes dar un guiño al chico de la barra, el cual comprendia perfectamente.
En la calle el frió apretaba, pero lo sentía con cierto alivio en la cara,el alcohol se encargaba de que no sintiera nada mas.
Tiempo atrás había sido una persona feliz, alegre, amigo de sus amigos. Su sonrisa jamas había abandonado su cara...por ningún motivo...siquiera por la muerte de su padre.
Pero su sonrisa hacia mucho tiempo que ya no era la misma, era una sonrisa pobre, sin alma, forzada a salir como una mueca extraña de entre sus labios.
Antes vital, con esas ganas infinitas de hacer cosas, de aprender...ahora en cambio le faltaban fuerzas para simplemente levantarse de la cama cada mañana.
¿que harías si pudieras dar marcha atrás?...¿donde irías?...¿que decisiones no tomarías?...o por el contrario....¿que decisiones si tomarías entonces?.
Se paro un momento en medio de la calle y miro hacia arriba, era noche cerrada pero la luna estaba llena y había cierta luz muy tenue que se mezclaba con la de las farolas.
¿Que decisiones tomarías?...no podía dejar de pensar en aquello....tenia que hacer algo...su vida se había convertido en un ir y venir del pasado sin sentido...y empezaba a cansarse de ver que los demás seguían su camino sin acordarse siquiera de su exixtencia.
¿Donde están los amigos ahora?...¿donde esta quien amaste?...¿donde esta quien odiaste?...en el pasado.
En el presente no tenia amigos, era tal su apatía que no tenia a quien odiar....y mucho menos a quien amar.
Miro fijamente la luna, perfectamente redonda, luminosa, lejana...y fría...se parecía algo a él....sin esquinas donde esconder el mínimo sentimiento, lejano de todo...y frió.
Quedo ahí, casi petrificado...y empezó a sentir frió...y de sopetón el pitido de un coche le sobresalto...
-¡¡¡idiotaa!!!...¡¡¡¿quieres que te maten?!!!...le gritaron
.Se aparto a la acera y vio alejarse el auto.Sentía ya el frió como se colaba en sus huesos y se puso la cazadora.
La muerte le había rondado muchas veces por la cabeza pero siquiera él comprendia porque no se había quitado la vida antes.
Siguió caminando hacia casa, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón y encojido de hombros, no había vuelta atrás, las cosas son como son.
Quizás mañana vea las cosas con otro color, cuando duerma la borrachera...quizás...solo quizás...viera las cosas con otro cristal que no sea el cristal de un vaso de whisky.

